martes, 10 de febrero de 2009

Rappel en la Cumaca

Durante el mes de septiembre se realizo un taller de rappel coordinado por Andres Martinez y dictado por Italo Sabatino. La actividad se efectuo en el rio la Cumaca ubicado en el municipio San Diego estado Carabobo y conto con la participacion de diez personas.
Durante el taller se enseño entre otros temas; la historia del rappel, los nudos basicos para su adecuada practica, uso e importancia de los equipos y las medidas de seguridad necesarios a tomar en cuenta. Todo ello acompañado con los respectivos saltos de cada uno de los asistentes bajo la supervision de los organizadores.

Una vez finalizado el curso se disfruto del rio acompañado de un exquisito mondongo realizado por gente de la zona.

Yapascua

¿Se imagina nadar en una piscina natural, tomar el sol a la orilla de una playa tranquila donde sólo se escucha el reventar de las olas en armonía con las aves del lugar, observar diversos peces e interpretar un sendero natural? Experimente esto y mucho más en el litoral carabobeño donde se halla la ensenada de Yapascua, un paraíso para personas amantes y conscientes de cuidar el hermoso reservorio.

Una vez más el espíritu aventurero tocó nuestras puertas para realizar una caminata hasta la ensenada más hermosa que tiene el estado Carabobo: Yapascua. Al llegar inmediatamente nos dimos cuenta que nuestro país guarda celosamente cada uno de sus tesoros naturales y por eso debemos cuidarlos. Es nuestra obligación.

Para llegar realizamos una caminata de una hora y media aproximadamente, por un sendero de vegetación xerófila que sirve para la interpretación natural, pero tiene dos pendientes que dejan sin aliento a cualquiera. Sin embargo, la recompensa bien vale la pena: la bahía es única. Bañarse en estas aguas cristalinas con diferentes gamas de azules, es una experiencia celestial que todos deberíamos vivir, eso sí, con la plena conciencia de que esa hermosa ensenada se halla bajo el amparo del Instituto Nacional de Parques como Área Bajo Régimen de Administración Especial del Parque Nacional San Esteban (Abrae) y es un vivero natural de reproducción de diversas especies marinas, entre ellas crustáceos y moluscos. Su entorno ofrece magníficas oportunidades para el turismo organizado, esnórquel, paseos en botes sin motor y la investigación científica.

En el lugar no existe ningún tipo de infraestructura turística para pasar el día, por eso hay que llevar suficiente cantidad de agua potable para hidratarse y alimentos. Trate de ir con lo necesario, no se recomienda cargar mucho peso, porque esto haría que la caminata sea muy agobiante y podría fatigarlo demasiado.

Al inicio de la subida se observa una vegetación llena de cujíes, cactus y bromelias, parecía infinita. Para llegar hasta la playa donde podíamos tomar el relajante baño, tuvimos que pasar por una laguna, donde nos detuvimos unos minutos a observar las aves que allí anidan, entre ellas había una bandada de patos que emprendió vuelo de inmediato al escuchar nuestros pasos.

Continuamos bordeando esta laguna por un lado de los manglares, de donde salieron unos cuantos cangrejos espantados por nuestros pies, que invadían su espacio. Finalmente, luego de este recibimiento natural, se alborotaron nuestros sentidos al ver esta playa sola, virgen, tranquila, que de inmediato nos invitó a darnos un baño para refrescarnos de la ardua caminata que bien valió la pena. La orilla de esta bahía se asemeja a la de la película La Laguna Azul, por sus aguas cristalinas y diferentes gamas de azules. El lugar es tan solitario que invita a relajarse y disfrutar de esta tranquilidad. Posee un muelle ideal para tumbarse y mirar el mar chocando con el coral gigante que se halla en la entrada y forma esta ensenada tranquila y poco profunda.

Después de refrescarnos con las aguas cálidas de esa piscina natural, nos pusimos a recoger la basura del área donde nos instalaríamos, para así disfrutar en pleno del sitio. Fuente: Yanelys González Hidalgo / El Carabobeño.com