QUE ES EL TREKKING


Trekking una Practica muy querida, Aquí sabrás ¿Que es? y algunos consejos.


CLUB DE AVENTURAS AL AIRE LIBRE
Trekking: haciendo camino

Trekking: haciendo camino

Ofrecemos aquí algunos consejos para realizar una marcha tranquila y segura en las aventuras que puedas encarar por sendas boscosas o montañas. Y de paso, algunos tips para saber diferenciar y disfrutar dos actividades parecidas, pero no tanto: el montañismo y el trekking.

 

Consejos para una buena marcha

Para andar con eficacia en el monte, es importante que el cuerpo este entrenado por un ejercicio más o menos frecuente que aumente la capacidad de esfuerzo, aunque en un recorrido de varios días de duración la condición física se puede adquirir en las primeras jornadas de forma gradual. Marchar de manera razonable supone tener en cuenta además de nuestras fuerzas, el peso a transportar, la distancia a recorrer, la orografía de la zona por la que vamos a andar, la previsión meteorológica y el tiempo del que disponemos.
En efecto, no se debe caminar demasiado deprisa. Al empezar una marcha es mejor hacerlo despacio para ir calentando el cuerpo y sobre todo las piernas. Se puede parar para descansar cinco minutos por cada hora de camino. Prolongar más tiempo este descanso dificultaría el reemprender la marcha ya con los músculos fríos y duros. Existe una técnica llamada "paso de descanso", que se utiliza cuando el esfuerzo es tan violento, que tanto los músculos de las piernas como los pulmones necesitan de un tiempo de descanso cada pocos pasos.
Si la distancia que vamos a recorrer es importante, tendremos que plantear objetivos teniendo en cuenta el tiempo del que disponemos: llegar al collado antes de la tarde para tener tiempo de bajar al valle antes de que anochezca por ejemplo... siempre teniendo en consideración el perfil de la ruta y posibles alternativas por si surgen contratiempos.
Debemos tener cuidado con los descensos ya que el peso recae sobre las rodillas y los tobillos y si los forzamos demasiado pueden inflamarse.
En las bajadas pronunciadas es necesario apretar los cordones y llevar calcetines lo suficientemente gruesos como para evitar que el pie resbale dentro de la bota. Evitaremos así las ampollas y sobre todo las lesiones en las uñas, especialmente dolorosas. No descenderemos de costado excepto en algún tramo que sea necesario, ya que supone una tortura para la cadera.
Doblando ligeramente la rodilla al apoyar la pierna cuando estemos bajando por un terreno abrupto, reduciremos la sacudida. Esto descargará también parte del trabajo sobre los muslos, repartiendo de este modo el trabajo.
Para terminar aconsejamos el uso de uno o dos bastones de trekking, alivian el peso soportado por la espalda y nos ayudan a tener más estabilidad. Además evitan que la sangre se agolpe en las manos.

 

Trekking o montañismo, esa es la cuestión

Si usted está pensando en empezar a desarrollar alguna actividad al aire libre que no requiera de equipo especializado y que pueda llevarse a cabo en casi cualquier lugar, muy probablemente deba elegir entre montañismo y senderismo. La pregunta es ¿cuál le convendrá más?
Para contestar a esto primero debemos tener claro las diferencias entre estos dos deportes al aire libre. Lo más común es pensar en que la diferencia evidente entre el montañismo y el senderismo o trekking radica en que en el primero hay que “escalar o caminar cuesta arriba, hacia un pico”, mientras que en el segundo simplemente se “camina o anda por una senda que atraviesa un bosque”. Sin embargo la diferencia es mucho más sutil de lo que se suele creer, ya que al practicar andinismo, por ejemplo, habitualmente se realizan caminatas por sendas, y al practicar senderismo o trekking muchas veces también se sube, se escala o incluso se alcanzan picos de montaña.
Pero la verdadera diferencia que se aprecia entre el montañismo y el senderismo es su nivel de dificultad. Estos niveles de dificultad variarán desde los más difíciles y exigentes en cuanto a preparación previa, uso de equipo y provisiones, estado físico y conocimientos necesarios que abarcan el montañismo de expedición, o la exploración de zonas montañosas inexploradas; hasta los niveles más simples del senderismo o trekking que puede llevarse a cabo utilizando calzado y vestimenta normales, y que puede realizar casi cualquier persona que quiera disfrutar de la naturaleza durante un corto lapso de tiempo, en regiones conocidas como algunas sierras o campos de cualquier continente.
Entre estos dos niveles de dificultad, existen opciones intermedias como pueden ser las que denominaremos “montañismo clásico” y “senderismo clásico”.
Con montañismo clásico hacemos referencia a aquel que persigue lisa, y no tan llanamente, el alcanzar un pico o cima determinada, para luego volver, bajar el mismo día antes de que se haya ido el sol.
Mientras que la practica del senderismo clásico busca más el disfrute del andar, pasear o recorrer sendas que pueden o no discurrir entre bosques o zonas montañosas, llanuras o zonas áridas, y que se desarrolla también durante las horas de luz de un mismo día.
Para realizar cualquiera de estas dos actividades con un mínimo de seguridad será necesario conocer la región y disponer de mapas, brújula, mochila y vestir ropa y calzados adecuados.

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