Montalbán es uno de los pintorescos pueblos del occidente de nuestro querido y desconocido estado Carabobo al que visitamos un grupo de personas llamados por la aventura de conocer el cerro La Copa y quedarnos maravillados por la inmensidad del verde en los valles y montañas, de riachuelos libres de contaminación y de parajes que llaman a la reflexión y al reencuentro con la naturaleza, aunque algunas veces y en algunos sitios del paseo, irrespetada por la indolencia de quienes no se miden a la hora de dejar tirados papeles, bolsas y latas en los senderos del cerro.
El viaje comenzó en la plaza Bolívar, frente a la magnífica iglesia de San José, luego de varias horas de camino llegamos al al Mirador, enfrente de la capilla, desde donde hay una hermosa vista de Montalbán y los sembradíos de alrededor.
En 20 minutos despues del mirador llegamos por fin al refugio La Copa, ahora mejor cuidado que la vez anterior. Esta vez nos encontramos un sistema de riego que mantiene verde la grama, unos señores que construyeron baños públicos -eso sí, bien rudimentarios, para que no contrasten con el paisaje-. Además hay unas parrilleras para quien quiera llegar en vehículos rústicos pueda pasar un agradable día de campo familiar.
Una vez llegado a La Copa decidimos a ultima hora seguir el camino que nos llevaria a Temerla, emocionados por la idea de llegar al estado Yaracuy.
Pasamos frente a varias fincas de naranjos cargados -creemos que se dan las naranjas más dulces y jugosas que hemos probado- cruzando más de cinco ríos llegamos hasta una humilde casita de bahareque donde comienza un pequeño descenso y se empieza a oír el río que corre entre unas piedras gigantescas. Cuando se llega al sitio, la gran sorpresa: una cascada y varios pozos, como para escoger el de su preferencia, lo invitan a bañarse en unas aguas con la temperatura perfecta, rodeado de una vegetación espesísima. El lugar está cargado de una silenciosa espiritualidad que llena de energia a cualquiera.
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